Con información de Telemundo 51.
Un extrabajador de seguridad de los Miami Heat se declaró culpable en un caso de robo masivo de recuerdos que involucró camisetas usadas en partidos de la NBA y otros artículos por valor de millones de dólares.
Marcos Thomas Pérez, de 62 años, acusado de transportar y transferir bienes robados en comercio interestatal, compareció ante un tribunal federal, donde cambió su declaración de inocente a culpable.
«Está deprimido, naturalmente, pero acepta la responsabilidad de su comportamiento y vamos a resolver este problema en su vida», declaró el abogado defensor Robert Buschel tras la audiencia.
Su sentencia se fijó para el 31 de octubre, donde enfrenta una pena máxima de 10 años de prisión, tres años de libertad condicional y una multa de hasta 250.000 dólares.
«Espero que el juez considere todos los factores de su vida y su trayectoria como buena persona. Fue un policía ejemplar en la ciudad de Miami y lleva casi 10 años retirado», declaró Buschel. «Tomó una serie de decisiones desafortunadas y asumirá la responsabilidad».
Pérez salió del juzgado con mascarilla y no quiso hablar con la prensa. El veterano retirado del Departamento de Policía de Miami con 25 años de experiencia, está acusado de robar camisetas y otros objetos de recuerdo y venderlos a intermediarios en línea, informaron las autoridades tras una extensa investigación del FBI.
Pérez trabajó para el Heat de 2016 a 2021 y también como empleado de seguridad de la NBA de 2022 a 2025. Durante ese tiempo, accedió a una sala de equipamiento segura del Kaseya Center en múltiples ocasiones, robando más de 400 camisetas usadas en partidos y otros artículos, informaron las autoridades.
Durante tres años, Pérez vendió más de 100 artículos robados por aproximadamente 2 millones de dólares, a menudo a precios muy por debajo del valor de mercado, informaron las autoridades.
En un caso, vendió una camiseta de LeBron James de las Finales de la NBA del Miami Heat usada en un partido por aproximadamente 100.000 dólares, y la misma camiseta se vendió posteriormente en una subasta de Sotheby’s por 3,7 millones de dólares, según la fiscalía.