Con información de El Carabobeño 

Un año después del día más terrorífico de su vida, la profesora Betty Rubio sigue sin saber por qué tuvo que estar más de una hora encerrada en su aula, agazapada con sus niños, esperando a que los rescataran. En el aniversario de la tragedia de la Escuela Primaria Robb, que acabó con la vida de 19 niños y dos maestras, Uvalde sigue sin tener respuestas.

Una hora y 17 minutos necesitaron los casi 400 efectivos que participaron en la operación de rescate hasta que entraron al colegio y abatieron a Salvador Ramos, un joven de 18 años que se atrincheró con su rifle de asalto AR-15, un arma de guerra que se compró en su cumpleaños.

Minutos que se hicieron eternos para Rubio, quien logró encerrarse en su clase con sus alumnos, “no sé cuál es su protocolo para algo así, solo sé que esperamos en la clase, fuimos los últimos en salir porque la Policía llamaba a la puerta, pero había mucha confusión”, recordó entre lágrimas.

Hay varias investigaciones abiertas sobre lo sucedido en la escuela, que permanece desde entonces cerrada a la espera de ser demolida. Según un informe de un comité de la Cámara de Representantes de Texas hubo “fallos sistémicos” en la respuesta policial, pero nadie ha sido procesado por ello. La fiscal del distrito al que pertenece la ciudad, Christina Mitchell, está estudiando si se deben presentar cargos contra los oficiales y también hay abierta una pesquisa del Departamento de Justicia.

El jefe de la Policía Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, fue despedido en agosto, y varios otros cargos renunciaron, pero nadie está procesado y esta respuesta no es suficiente para la mayoría de habitantes de esta ciudad de 15 mil habitantes ubicada a 100 kilómetros de la frontera con México. Tampoco lo es para Arnulfo Reyes, uno de los profesores supervivientes de la matanza, que resultó herido. Por eso lleva meses, como muchos de los padres, protestando y exigiendo respuestas y cambios. Entre ellos, que se eleve de 18 a 21 la edad para poder tener un arma de asalto.

Vestido de naranja, el color de protesta por la violencia con las armas, el miércoles acudió con un grupo de ciudadanos a protestar a la plaza donde se encuentra el memorial en honor de las víctimas. El presidente, Joe Biden, envió el miércoles un mensaje de apoyo a las familias: “Nunca se irán de nuestros corazones. Siempre serán parte de nosotros”, el mandatario además insistió en la necesidad de que el Congreso prohíba las armas de asalto.

Asimismo, se conoció que se llevó a cabo una vigilia en honor a las víctimas.