Con información de Mundo Deportivo
Una bomba estalló en el mundo del entretenimiento con las recientes acusaciones contra el renombrado mago estadounidense David Copperfield. Son 16 mujeres las que han dado un paso al frente al señalarlo por presunta conducta sexual inapropiada, un tema que se remonta a varias décadas atrás.
Tres mujeres afirman haber sido drogadas por el mago antes de ser sometidas a encuentros sexuales, lo que las dejó incapacitadas para otorgar un consentimiento válido.
Las acusaciones no solo han sacudido los cimientos de la comunidad mágica, sino que también han avivado el debate sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas en la industria del entretenimiento. A pesar de haber negado enérgicamente estas nuevas denuncias, al describirlas como «completamente falsas» e «inverosímiles», el peso de las acusaciones y la sombra de su pasado han vuelto a perseguirlo.
Las mujeres que han decidido alzar su voz contra Copperfield relatan encuentros traumáticos que se remontan a décadas atrás. Algunas de ellas, como Brittney Lewis, ya habían hecho públicas acusaciones similares en el pasado, lo que ha agregado un elemento de persistencia a las nuevas revelaciones.
El contexto en el que estas denuncias emergen es crucial. El movimiento #MeToo, que estalló en 2017 con las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein, ha proporcionado un espacio para que las víctimas de conducta sexual inapropiada compartan sus historias, empoderándolas para romper el silencio y buscar justicia.
Además, la conexión de Copperfield con el financiero Jeffrey Epstein, quien enfrentó acusaciones de tráfico sexual de menores antes de su muerte en prisión en 2019, ha arrojado una sombra aún más oscura sobre el mago. La revelación de su aparición en documentos relacionados con Epstein ha avivado aún más las especulaciones y el escrutinio público.
Entre los testimonios recopilados se evidencia un patrón perturbador en el comportamiento de Copperfield. Desde presuntas drogas hasta situaciones de «grooming» y abuso de poder, las acusaciones pintan un cuadro alarmante de manipulación y explotación.