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Las 300 personas de Cuba, Haití, Venezuela, El Salvador y Honduras que fueron detenidas por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y militares mexicanos el sábado en las góndolas de un tren de Ferrosur, entablaron una mesa de diálogo para continuar su travesía a pie escoltados por la Guardia Nacional, así lo dijo Josué Ernesto, integrante del Grupo Beta de Migración.

“El Gobierno de Tlaxcala les brindó asistencia médica y les hizo entrega de alimentos, agua, ropa, artículos de uso personal y carriolas”, contó el agente. Este grupo de indocumentados viajaba en “condiciones precarias de salud, alimentación e hidratación”.

Fueron interceptados en el municipio de Soltepec, Tlaxco y, según la versión oficial, serían deportados tras ser procesados. La intervención de la Diócesis de Tlaxcala y la Arquidiócesis de Puebla, que exigieron “garantizar la unidad familiar” de las familias arrestadas, pudo evitar la deportación.

Josué Ernesto reiteró que México sigue deportando bajo la figura jurídica de “retornos asistidos” a los cubanos en vuelos comerciales. Los datos confirman que, hasta febrero pasado, fueron retornados 783 migrantes a La Habana.

En ese mismo mes, la Unidad Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación confirmó la detención de 10.464 cubanos que realizaban su travesía de forma irregular por México. Los migrantes de la Isla se ubican por debajo de los de Venezuela (89.718 arrestados), Honduras (37.323), Ecuador (36.956), y Guatemala (36.934).