Con información de Infobae.
El pasado viernes 31 de octubre, en los alrededores de Detroit (Michigan, EE. UU.), fuerzas de seguridad federales arrestaron a dos norteamericanos, Mohmed Ali y Majed Mahmoud, bajo el señalamiento de urdir un ataque terrorista con inspiración en el Estado Islámico (ISIS) para la víspera de Halloween. Las autoridades de EE. UU. equipararon la operación con un complot de carácter urgente a nivel nacional.
De acuerdo con documentos del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), los dos individuos detenidos tenían en su poder fusiles tipo AR-15 provistos de mecanismos alterados para incrementar la velocidad de tiro, junto con una gran cantidad de municiones y equipo táctico.
La fiscal general, Pam Bondi, alabó la acción del FBI y calificó el evento como “un importante proyecto terrorista ligado al Estado Islámico” que fue neutralizado.
El sistema de detección de la conspiración fue inusual. Fue una inspección aduanera la que primero alertó al FBI: uno de los sospechosos retornó al país y los funcionarios de aduanas observaron búsquedas en Google relacionadas con Estado Islámico, además de fotografías del sujeto ataviado con ropa militar y posando con armas.
El arsenal confiscado era considerable. Documentos judiciales indican la existencia de diversos rifles AR-15, escopetas, pistolas y más de 1.600 proyectiles compatibles con los fusiles de asalto. También se decomisaron chalecos tácticos, cámaras tipo GoPro y otros accesorios.

