Con información de DW.
Las autoridades de la ciudad de Nueva York, incluido su alcalde, Eric Adams, despidieron con una vigilia a las víctimas del tiroteo que tuvo lugar ayer en la Gran Manzana, y que se saldó con la muerte de cuatro personas, incluido un policía, además del tirador.
La ceremonia, a la que también asistieron algunos familiares de las víctimas, tuvo lugar en el Parque Bryant de la ciudad, ubicado unas 10 cuadras al suroeste del edificio de oficinas donde se perpetró el ataque
«Tener que caminar y ver los restos de una violencia de ese nivel me desgarró», dijo Adams recordando lo acontecido 24 horas antes en el corazón de Nueva York.
El tirador, un hombre de 27 años que vivía en Las Vegas y llegó a Nueva York el mismo día del ataque, sufría una enfermedad mental, según las autoridades. Una cuestión que el alcalde sacó a colación durante su intervención, durante la que pidió un mayor control sobre las armas.
«Hemos abogado por una reforma inteligente y sensata de la legislación sobre armas. No se puede crear un ambiente con una persona que no tiene la capacidad mental, las herramientas y las balas para entrar en cualquier edificio de Estados Unidos y causar estragos de esta magnitud en esta nación. No podemos responder a leyes de armas sin sentido con imágenes», expresó.
Asimismo, según la Policía, el atacante tenía como objetivo las oficinas de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), pero se equivocó de ascensor y acabó en la sede de otra compañía, donde mató a una persona, instantes después de haber asesinado a otras tres personas en el vestibulo del edificio, incluido el policía.