Con información de El Nuevo Herald

Desde que comenzó el año 2024, la ciudad de Doral se ha visto envuelta en una creciente turbulencia política que ahora ha alcanzado a su Departamento de Policía, convirtiéndolo en el nuevo epicentro del conflicto.

El subjefe del departamento fue forzado a renunciar, mientras otro oficial ha presentado una demanda contra la ciudad, acusando a la alcaldesa de destruir el departamento. Esta situación se agrava con la renuncia de más de 30 policías y una docena de civiles en el último año y medio.

El 24 de junio, Manuel Arrebola, subjefe de la policía, recibió una llamada del jefe de policía, Edwin López, instándolo a renunciar bajo la orden del nuevo administrador municipal, Rey Valdés, o sería despedido, tras 11 meses en el cargo.

Arrebola dijo que nunca recibió una amonestación o crítica por su trabajo y que en los pocos días que Valdés llevaba en el cargo no se había reunido con él ni le habían manifestado inconformidad con su desempeño, hasta que recibió la llamada de López pidiéndole la renunciar.

Valdés afirmó que Arrebola “no fue despedido, se le pidió su renuncia, basado en mi autoridad como administrador de la ciudad”. Aseguró que no tiene contemplado despedir al jefe de la policía ni hacer reestructuraciones en el departamento, pero hizo hincapié en que está haciendo una revisión de todos los departamentos de la ciudad. El administrador descartó que esté contemplando un “despido masivo en el departamento de la policía”.

El concejal Rafael Pineyro explicó que Valdés le notificó que había despedido a Arrebola porque no reveló en su contratación un incidente que ocurrió tres décadas atrás cuando era oficial de la policía de Opa-Locka. En 1992, fue despedido de esa agencia luego de haber admitido que golpeó brutalmente, junto a su compañero, a un sospechoso. Los fiscales no acusaron a Arrebola de ningún delito a cambio de su testimonio contra su compañero, quien fue declarado culpable y sentenciado a 20 años de prisión.

La llegada de Valdés en junio como administrador de la ciudad supone un cambio en la dinámica de Doral, que desde el 31 de enero no tenía un administrador oficial, luego de que Bárbara “Barbie” Hernández fuese despedida tras acusaciones de conflicto de interés. En ese periodo, el municipio había pasado por varios administradores interinos.

Los concejales Maureen Porras, Digna Cabral y el vicealcalde Oscar Puig-Corve votaron a favor de nombrar a Valdés como nuevo administrador, mientras que la alcaldesa Christi Fraga y el concejal Rafael Pineyro se opusieron a su nombramiento.