Con información de EFE.
Dos atentados dirigidos contra un helicóptero de la Policía y una base aérea en Colombia, dejó como saldo al menos 18 muertos y pusieron en el punto de mira del Gobierno al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC, señalada como posible autora de los ataques.
El primer ataque ocurrió en El Chispero, una zona rural de Amalfi, en el departamento de Antioquia (noroeste), donde doce policías antinarcóticos murieron al ser impactado el helicóptero en que se transportaban para una operación de erradicación de cultivos ilícitos.
Horas después en Cali, capital del departamento de Valle del Cauca (suroeste), un camión cargado con explosivos fue detonado en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, donde se forman los miembros de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), dejando seis personas muertas y 65 heridas, todas civiles que pasaban por el lugar, según el último balance de la Alcaldía.
La explosión dejó además una enorme destrucción en un tramo de la Carrera Octava de Cali, una transitada avenida llena de comercios en donde está situada la base contra la cual iba dirigido el atentado. Las autoridades confirmaron la detención en el lugar de un hombre que al parecer hace parte de las disidencias de las FARC.
«Colombia merece vivir en paz. Lo ocurrido hoy en Cali frente a la Base Aérea Marco Fidel Suárez es un acto cobarde y criminal que rechazamos de manera absoluta», manifestó la vicepresidenta, Francia Márquez.
El expresidente Iván Duque (2018-2022) señaló en su cuenta de X que «Colombia no puede permitir jamás que el terrorismo vuelva a adueñarse de su destino». «Hoy, más que nunca, se necesita la presencia de la autoridad y de un Gobierno que no sea permisivo con los violentos», agregó Duque.
Su antecesor Juan Manuel Santos (2010-2018) señaló que «es urgente implementar una política de seguridad efectiva» y añadió que las Fuerzas Armadas «necesitan liderazgo, presupuesto y apoyo».