Con información de Infobae.
El Centro Carter publicó su informe final sobre las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela, en la que ratificó que el proceso “no cumplió con estándares internacionales de integridad electoral y no puede considerarse democrático”.
El informe destaca que, a pesar de que el Acuerdo de Barbados estableció compromisos para mejorar las condiciones electorales, “el proceso electoral reflejó un claro sesgo a favor del presidente en ejercicio”.
Dicho sesgo se hizo evidente en el proceso de inscripción de candidatos, la exclusión de la mayoría de los votantes en el exterior y en las condiciones manifiestamente desiguales para la campaña.
El documento también señala que “la falta de transparencia en el anuncio de los resultados y la aparente falsificación del resultado” hicieron que las autoridades venezolanas “siguieran siendo incapaces de cumplir varias condiciones fundamentales para una elección democrática”, entre ellas la existencia de un marco legal neutral, un organismo electoral imparcial, libertad de campaña y mecanismos efectivos para resolver disputas.
Uno de los puntos clave señalados en el informe es la inhabilitación de líderes opositores, entre ellos María Corina Machado, quien ganó las primarias opositoras con más del 90% de los votos. Posteriormente, el CNE bloqueó sin explicación oficial la inscripción de Corina Yoris, lo que obligó a la oposición a postular a Edmundo González Urrutia en el último momento.