Con información de EFE.
Tras el trágico asesinato del emblemático director Rob Reiner y su esposa Michele, la atención se ha desplazado de los sets de Hollywood a las cortes de sucesiones. C
on una fortuna estimada en 200 millones de dólares, el futuro del patrimonio de la pareja enfrenta ahora un complejo laberinto legal debido a que el principal sospechoso del crimen es su propio hijo, Nick Reiner.
La herencia de Reiner no es solo el resultado de una carrera actoral, sino de una astuta trayectoria como productor. El pilar de su riqueza se consolidó en 1993 con la venta de su productora, Castle Rock Entertainment, al gigante Turner Broadcasting. Esta transacción, sumada a las regalías perpetuas de clásicos como Seinfeld y éxitos cinematográficos como When Harry Met Sally, permitió al cineasta acumular un capital líquido y activos inmobiliarios que hoy se encuentran bajo custodia legal.
Entre los activos más destacados que ahora entran en disputa se encuentran:
- La mansión de Brentwood, donde residía la pareja, valorada en 10 millones de dólares.
- Una propiedad de lujo frente al mar en Malibú, cuyo valor de mercado supera los 20 millones de dólares.
- Fondos de inversión y derechos de propiedad intelectual de sus obras más icónicas.
La legislación del estado de California es tajante en situaciones de esta naturaleza a través de la denominada «Slayer Rule» (Ley del Asesino). Según expertos legales consultados, esta normativa prohíbe explícitamente que cualquier persona declarada culpable de un homicidio voluntario pueda beneficiarse de la herencia de su víctima.
«Si Nick Reiner es condenado por la muerte de sus padres, la ley lo tratará como si hubiese muerto antes que ellos», explica un analista legal. Esto significa que su parte de la herencia, que podría ascender a unos 66 millones de dólares, le sería negada automáticamente. En este escenario, el patrimonio total sería redistribuido exclusivamente entre sus otros dos hermanos, Jake y Romy.
Mientras Nick Reiner permanece detenido bajo una fianza de 4 millones de dólares, el proceso de repartición de bienes quedará estrictamente bloqueado. Los tribunales de sucesiones en California suelen suspender cualquier distribución de activos hasta que se dicte una sentencia firme en el juicio penal.

