Con información de Infobae.
La morgue local se convirtió en un foco de desesperación este jueves, con docenas de familiares agolpados tras los portones, intentando identificar los restos de sus seres queridos tras una letal operación policial contra el grupo narcotraficante Comando Vermelho. La incursión, que comenzó el martes, resultó en la mayor cantidad de decesos registrados en una acción de seguridad en Brasil, con un saldo de al menos 121 fallecidos, incluidos cuatro agentes.
La policía ejecutó las incursiones en las favelas del norte de la ciudad con el fin de desarticular las redes de la principal facción del tráfico de drogas. Sin embargo, residentes y organizaciones de derechos humanos han presentado graves acusaciones, mencionando la presencia de signos de tortura y víctimas con manos atadas. Vecinos de las zonas afectadas reportaron haber encontrado cuerpos en áreas boscosas y haberlos trasladado al Instituto Médico Legal por su cuenta.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, defendió el operativo e imputó la responsabilidad de todos los decesos civiles al Comando Vermelho, designando a los policías caídos como «las únicas víctimas reales». A pesar de las garantías del secretario de Seguridad sobre la investigación de «cualquier irregularidad», la magnitud de la tragedia ha motivado una demanda de «verdad, justicia y responsabilidad» por parte de congresistas y ha provocado un llamado a una investigación independiente por parte de Naciones Unidas, que expresó su alarma por el alto número de víctimas.