Con información de CNN 

La alegre campaña de Kamala Harris se verá golpeada este martes por la fuerza contundente de la realidad: un debate con Donald Trump, el enemigo político más amenazante de los tiempos modernos.

La vicepresidenta transformó las elecciones de 2024 después de que el abyecto debate que mostró el presidente Joe Biden contra Trump en CNN en junio lo llevó a poner fin a su intento de reelección. Ella devolvió varios estados clave al campo de batalla electoral y ha hecho que los demócratas sueñen con un sorprendente cambio de rumbo en una carrera que la mayoría pensaba que estaban en camino de perder.

Sin embargo, su éxito en unificar a su partido, presentarse como una voz fresca del cambio generacional y acercarse a un empate técnico con Trump en las encuestas no ha cimentado hasta ahora un camino confiable hacia los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. De hecho, si las elecciones fueran este martes, el expresidente, que ya desafió un intento de magnicidio y decenas de cargos penales, aún podría ganar.

Los debates presidenciales no suelen decidir las elecciones, a pesar del impacto catastrófico del desempeño de Biden. Pero la noche de este martes representa la mejor oportunidad restante para que Harris presente un argumento decisivo que podría frustrar el regreso histórico de Trump.

Su misión en Filadelfia requerirá el uso de habilidades retóricas que a menudo han sido cuestionadas en una vicepresidencia desigual. Si bien ha tenido sus momentos en debates y audiencias del Senado, Harris a veces ha tenido dificultades para articular políticas y respuestas claras bajo presión en situaciones espontáneas.

En su intento por convertirse en la primera mujer afrodescendiente y sudasiática, Harris se enfrentará por primera vez a un rival que hará cualquier cosa por ganar y que tiene un historial de utilizar tropos raciales y de género para obtener beneficios políticos. Trump ha cuestionado su inteligencia y raza como mujer negra y ha amplificado una insinuación sexual sobre ella en las redes sociales. Pero la vicepresidenta parece decidida a no caer en sus trampas.

Harris puede soportar la presión y hacer frente a los ataques de Trump, el debate le ofrece oportunidades significativas, potencialmente más que las que tiene Trump, a quien ya se le conoce como alguien a quien se ama o se odia.