Con información de EFE
Ambos candidatos a las presidenciales en Estados Unidos conmemoraron el primer aniversario del ataque de Hamás contra Israel.
En el caso de la demócrata Kamala Harris, se conoció que plantó un granado en su residencia oficial, mientras que el republicano Donald Trump visitó la tumba de un destacado rabino en Nueva York.
Ambos candidatos buscaron dar un aire solemne a la jornada con gestos que reafirmaron su compromiso con Israel y, aunque intentaron mantener un tono institucional, las ceremonias adquirieron una clara dimensión política a menos de un mes de las elecciones del 5 de noviembre.
President @realDonaldTrump leaving a blessing in hopes that all the Hostages come home pic.twitter.com/7tID53g9eT
— Margo Martin (@margommartin) October 7, 2024
Kamala Harris indicó que “plantamos un granado en este jardín porque, en el judaísmo, es un símbolo de esperanza y virtud”, Además, aseguró sentirse “devastada por el dolor y la pérdida” que provocó hace un año el ataque de Hamás, que dejó 1.200 fallecidos y en el que tomó 251 rehenes.
Harris reafirmó su compromiso de que “siempre” velará para que Israel tenga los medios para defenderse, pero también consideró que el mundo debe trabajar para aliviar el “inmenso sufrimiento” de los palestinos de la Franja de Gaza, que han experimentado “tanto dolor y tanta pérdida durante este año”.
Por su parte, Trump visitó en Nueva York la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, figura destacada del judaísmo ortodoxo que lideró el movimiento Jabad-Lubavitch durante más de cuatro décadas hasta su fallecimiento en 1994.
Conocido como el “rebe de Lubavitch”, Schneerson fue el séptimo dirigente de esta corriente religiosa y algunos lo consideraban una figura mesiánica, aunque el movimiento Jabad ha desmentido oficialmente cualquier interpretación en este sentido.
Con una kipá negra en la cabeza, Trump, que pertenece a la Iglesia Presbiteriana, depositó una piedra sobre la lápida de la tumba de Schneerson, siguiendo una costumbre judía. Además, frente a las cámaras, rompió en pedazos un pequeño trozo de papel en el que aparentemente había dejado un mensaje para el rabino y lo dejó dentro del mausoleo.