Con información de BBC 

Por primera vez, Irán llevó a cabo un ataque contra Israel directamente desde su territorio.

Fue un acto que se consideró crucial para que la Guardia Revolucionaria de la República Islámica de Irán mantuviera su credibilidad entre sus aliados en la región y sus simpatizantes internos. Su objetivo era demostrar la voluntad de Irán y la capacidad de sus misiles y drones.

La Guardia Revolucionaria se creó hace 45 años para defender el sistema islámico del país y servir de contrapeso a las fuerzas armadas normales. Desde entonces se ha convertido en una importante fuerza militar, política y económica en Irán y en la región.

Tras el ataque de la noche del sábado, muchos simpatizantes de la República Islámica de Irán salieron a las calles de Teherán para celebrarlo portando símbolos palestinos. Sin embargo, numerosos iraníes críticos de la república islámica afirman que el régimen no representa necesariamente las opiniones de toda la población iraní.

Las tensiones en Irán aumentaron en la noche del sábado por el temor de los iraníes a las represalias de Israel y sus aliados tras el ataque. El pánico se desató y los ciudadanos se apresuraron a hacer acopio de alimentos y combustible.

Se formaron largas filas en las gasolineras de Teherán y otras grandes ciudades, y los supermercados se llenaron de clientes. A pesar de que Israel afirmó haber interceptado con éxito el 99% de los 300 misiles y drones lanzados contra su territorio, las autoridades iraníes celebraron el ataque como un éxito, y destacaron su impacto simbólico independientemente de las bajas reales causadas.

El jefe del Estado Mayor iraní, el mayor general Mohammad Bagheri, afirmó que entre los objetivos dentro de Israel se encontraba la base aérea israelí de Notam, desde donde volaron los aviones F35 israelíes que provocaron hace dos semanas la muerte de 7 comandantes de la Guardia Revolucionaria iraní en el consulado de Irán en Damasco.

También, aseguró que Irán logró su objetivo y no tiene intención de continuar las operaciones. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, advirtió sin embargo que cualquier nuevo ataque provocaría una respuesta mucho más contundente por parte de Irán.