Con información de DW.
Una jueza federal ha ordenado la suspensión temporal del despliegue de la Guardia Nacional en Chicago, una decisión que bloquea la llegada de casi 500 soldados a la ciudad.
La magistrada, April Perry, justificó su fallo al considerar que no existe un riesgo de “insurrección” que justifique la presencia de las tropas, contradiciendo la postura del gobierno de Donald Trump.
El gobierno republicano argumentó que las tropas eran necesarias para proteger a los agentes federales durante las redadas migratorias, en un esfuerzo por controlar la situación en el bastión demócrata. Sin embargo, Perry cuestionó la fiabilidad del gobierno y expresó su temor de que la presencia militar pueda “echar más leña al fuego”.
La suspensión, que estará vigente por 14 días, detiene el despliegue de 200 soldados de Texas y 300 de Illinois. Esta decisión legal se suma a desafíos similares en otros estados gobernados por demócratas, como California y Oregón, que también han cuestionado el uso extraordinario de la Guardia Nacional por parte de la administración Trump.