Por Antonio Calatayud 

 

En medio del periodo de excepción ordenado por la dictadura cubana en relación con la crisis energética que ha dejado al país sumido en la parálisis y la oscuridad, aparte de los frecuentes «cacerolazos» de protesta en varias ciudades de la nación, se habla en los corrillos de la diplomacia y los corresponsales extranjeros de ruidos de sables en los cuarteles.                                  

Siempre ha sido evidente que, a nivel de las Fuerzas Armadas Cubanas, hay segmentos democráticos y contestatarios que en las exactas y perfectas circunstancias estarían dispuestos a dar un paso al frente y votar por el cambio.                           

La mejor prueba de esto ha sido la «repentina» muerte de varios generales en los últimos años y la existencia de prisiones militares donde cientos de miembros de las Fuerzas Armadas cumplen duras condenas carcelarias.                            

Se sabe que Raúl Castro y los ancianos bonzos del grupo histórico de los «moncadistas» quieren quedarse en control del Gobierno pero, gente práctica y sobreviviente, tienen preparado un Plan B por si las cosas de enredan y se tienen que marchar con urgencia del país para salvar las cabezas y los millones qué tienen afuera.                                      

Según esta versión, confirmada en parte por fuentes confiables de la Diplomacia y algunos corresponsables extranjeros, la Dictadura habría puesto en marcha un protocolo de emergencia y salvamento, por el cual se habrían situado estratégicamente tres grandes aviones de pasajeros, dos ILUSHIN rusos y un AIRBUS francés, con largas autonomías de vuelo y capacidades de carga, para el caso de que ocurra un levantamiento nacional del pueblo o un exitoso golpe de estado en los cuarteles.                        

Uno de los Ilushin se encuentra en el Aeropuerto Militar de Playa Baracoa, cerca de las mansiones donde viven lujosamente en La Habana  Ramiro Valdés , Miguel Diaz-Canel y otros altos funcionarios de la tiranía.                                      

Un segundo Iilushin se encuentra destacado y listo en el Aeropuerto militar de la División 50 cerca de los famosos Mangos de Baraguá.            

El tercer avión, un Airbus francés, se encuentra en el Aeropuerto militar de Yuraguanas, en Guantánamo y cerca de Santiago, donde vive el anciano Raúl Castro, un general sin batallas y que ya se rindió cuando el Moncada sin disparar un tiro.

 Esos aviones están vigilados permanentemente por tropas élites, con pilotos siempre de guardia que se turnan cada 6 horas para mantener la efectividad del proyecto y la inmediatez de la emergencia.                             

El destino de dichos vuelos de fuga se desconoce aunque algunos apuestan que España, China y Rusia están entre los países favoritos.