Con información del Diario las Américas.
En respuesta a la inminente interrupción de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) debido a la prolongación del cierre del gobierno federal, la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, ha puesto en marcha un plan de contingencia para garantizar la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables.
Estrategia de Respuesta Comunal
El plan de emergencia, anunciado esta semana, establece una colaboración estratégica con organizaciones sin fines de lucro clave como United Way Miami, Farm Share y Feeding South Florida. La meta es paliar la suspensión de la ayuda que comenzará el 1 de noviembre y que pone en riesgo de inseguridad alimentaria a casi un cuarto de los hogares del condado.
- Distribución Prioritaria: Se organizarán entregas programadas de cestas con víveres frescos y no perecederos, enfocándose en las áreas de mayor necesidad y dependencia del programa SNAP.
- Población Afectada: Más de 215.000 hogares en el condado dependen de los cupones SNAP. Un dato alarmante es que el 60% de los beneficiarios mayores de 60 años forman parte de la población más frágil.
Presión Política y Limitaciones del Sistema de Caridad
La alcaldesa Levine Cava ha intensificado la presión sobre el gobierno federal, enviando una carta a la delegación congresional de Florida para solicitar una acción bipartidista urgente que reactive el financiamiento de programas esenciales como SNAP. Se recuerda que la pérdida de estos beneficios genera un impacto económico negativo de aproximadamente $841.5 millones mensuales en la economía de Florida.
Líderes de bancos de alimentos, como Paco Vélez de Feeding South Florida, se han comprometido a aumentar la distribución de alimentos, pero advierten que la magnitud del sistema de caridad no puede reemplazar al programa SNAP, ya que por cada comida que un banco ofrece, el programa federal proporciona nueve. La preocupación por el «miedo y pánico» entre los residentes es creciente.

