Con información de Diario las Américas
Tras más de un año de polémicas e incertidumbres sobre construir o no una nueva planta de desechos en Miami-Dade, luego de que Covanta en Doral sufriera un voraz incendio, la firma canadiense AtkinsRéalis anunció que diseña una nueva procesadora, cuyo coste es estimado en 1.500 millones de dólares, “capaz de procesar 4.000 toneladas de residuos por día”, lo que significaría “la más grande de Estados Unidos”.
Después vendrán los ajustes de presupuestos: 100 o 500 millones adicionales, incluso mucho más. Si finalmente todos se ponen de acuerdo, Gobierno condal y vecinos de la zona donde funcionaría la nueva instalación, el coste de recogida de basura pudiera incluso disminuir, luego de que la tarifa fue ligeramente aumentada el año pasado.
De los más de 2.4 millones de toneladas de residuos que Miami-Dade recoge cada año, al menos la mitad era procesada por Covanta en Doral. Después del siniestro, una buena parte del monto es trasladado fuera de Miami-Dade, lo que encarece el proceso de manejo e incineración.
Falta por decidir dónde se construirá y cuánto finalmente costará. Pero nadie quiere una planta procesadora de basura ni cerca ni lejos de sus casas. Durante años, los doralinos se quejaron del mal olor que emitía la planta de tratamiento de residuos. Un municipio que surgió y creció luego de que el basurero existiera. Entre los lugares más mencionados figura el terreno que ocupó el Opa-Locka West Airport. Un terreno disponible, donde antes existió el aeródromo que fue construido en 1970 y alivió entonces la congestión de tráfico de carga en el Aeropuerto de Opa-Locka.
El terreno en cuestión cuenta con 416 acres propiedad del Condado y está situado fuera del límite de desarrollo urbanístico, pero localizado a media milla de la zona residencial Miramar en el vecino condado de Broward, lo que podría traer alguna demanda judicial. En efecto, la propuesta ya ha provocado críticas de los vecinos de Miramar y del alcalde Wayne Messam, quien, durante una intervención pública, señaló que no fue consultado por Miami-Dade y advirtió que se opondría a la construcción de la planta procesadora de residuos.
Miami-Dade no espera que la construcción de la nueva planta comience hasta 2027, dada la demora que provoca la obtención de permisos del estado de Florida y el Gobierno federal, y proyecta que entraría en funcionamiento en 2033, 10 años después del incendio de Covanta en Doral. La alcaldía condal de Miami-Dade busca la manera de procesar los residuos de la manera más económica posible.