Con información de EFE
Cuatro trabajadores humanitarios extranjeros afiliados a la organización World Central Kitchen (WCK) fallecieron la madrugada del martes en un supuesto ataque aéreo israelí en el centro de Gaza.
Se cree que se trata de los primeros trabajadores humanitarios extranjeros asesinados en la guerra de Gaza desde el 7 de octubre y que ya se ha cobrado más de 32.800 víctimas, la mayoría mujeres y niños.
“La ocupación asesinó a un equipo de salvamento (humanitario) formado por un británico, un polaco, un australiano y un (cuarto extranjero de nacionalidad) no desconocido, así como un palestino en Deir al Balah”, informó la Oficina de Medios gazatí del Gobierno de Hamás.
Según detallan medios locales, el cuarto fallecido es de nacionalidad irlandesa, mientras que el gazatí muerto in situ en el ataque trabajaba como conductor del vehículo bombardeado mientras circulaban por la costa gazatí. Sus cuerpos, cubiertos por chalecos antibalas negros con el logo de WCK y casco de protección se trasladaron al Hospital Mártires de al Aqsa en la misma ciudad de Deir al Balah.
La ONG estadounidense World Central Kitchen participó el pasado 15 de marzo en la llegada a Gaza de 200 toneladas de alimento y agua, inaugurando un corredor marítimo a bordo del barco del Open Arms, y pese a los llamados de la comunidad internacional y otras organizaciones humanitarias de que solo la llegada masiva de alimento por tierra conseguirá paliar una hambruna inminente en Gaza.
La organización sin fines de lucro World Central Kitchen (WCK) consideró “una tragedia” el supuesto ataque aéreo israelí en el centro de Gaza.
El aclamado chef español José Andrés, fundador de esa ONG, lamentó en X que WCK haya perdido a varios de sus “hermanos y hermanas” en lo sucedido, de lo que responsabilizó directamente a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
“Estoy desconsolado y afligido por sus familias y amigos y por toda nuestra familia WCK. Son personas… ángeles… con los que he servido en Ucrania, Gaza, Turquía, Marruecos, Bahamas e Indonesia. No son gente sin rostro ni nombre. El Gobierno israelí debe poner fin a esta matanza indiscriminada”, dijo.