Con información de DW
Al menos 910 personas, incluyendo 138 civiles, han muerto en Siria desde que los rebeldes lanzaron una ofensiva relámpago que culminó con la toma de Damasco y la huida del presidente Bashar al Asad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido, pero con una extensa red de informadores en el terreno en Siria, indicó que ha documentado que hay 910 muertos, de los cuales 380 son tropas sirias y aliados del gobierno derrocado, 392 combatientes rebeldes y 138 civiles.
La situación en Siria tras la caída de al Asad será analizada en las próximas horas por el Consejo de Seguridad de la ONU que se reunirá de emergencia y a puerta cerrada, según anticiparon fuentes diplomáticas.
Las consultas, que se realizarán a partir de las 15H00 locales (20H00 GMT), fueron exigidas más temprano por el gobierno de Rusia, aliado del depuesto presidente sirio, quien recibió asilo en ese país.