Con información de Diario Las Américas
Comerciantes del oeste de Hialeah enfrentan un verdadero desafío debido a la presencia de indigentes en el centro comercial donde desarrollan sus negocios. Estos acceden a los locales, molestan a los clientes, roban manteles, ensucian las áreas, se bañan desnudos en público y, cuando acuden a las autoridades policiales, estas no saben cómo lidiar con el problema, según testimonios de los afectados.
Desesperados, los comerciantes de Gratigny Plaza, piden tomar cartas en el asunto.
Miguel Granja, dueño de un taller mecánico en el centro comercial desde 2016, afirma sentirse molesto por la suciedad que dejan estos desamparados frente a su negocio. “Duermen, ponen colchones y todas sus cosas afuera. Llamamos a la gerencia del shopping y no pueden hacer nada, y la policía tampoco”.
Leonardo Basario, dueño del salón de belleza ‘Sensation Beauty Salon’, quien trabaja en el centro comercial desde hace 20 años, expresó su preocupación por el aumento significativo de indigentes. Señaló que esta realidad ha generado situaciones perturbadoras que podrían afectar la seguridad y la comodidad de sus clientes.
Todas las personas que dieron su testimonio coinciden en que mientras se les permita acampar en las áreas verdes del Palmetto, ellos siempre irán al centro comercial a buscar comida, a bañarse en público y a dormir, sobre todo los días de lluvia.
Solicitan más presencia policial, que patrullen el área, que desmonten el asentamiento y que ayuden a los indigentes, principalmente a los enfermos mentales. José Torres, segundo jefe de policía de Hialeah reconoció no estar al tanto de lo que ocurría en ese centro comercial. No obstante, explicó cómo actúa habitualmente la policía ante estos casos.
“Cuando recibimos una llamada, enviamos a nuestros oficiales, hacemos contacto con la persona desamparada y le ofrecemos asistencia. Si aceptan, les trasladamos a Camillus House o cualquier otra instalación asistencial disponible. Pero, si el indigente rechaza la ayuda y se encuentra en un lugar público o privado, se le pide que se marche y se le advierte que no pueden establecerse ni dormir en el sitio”.
De igual forma, Torres prometió que hablaría con el jefe de la división correspondiente para que se haga cargo de la queja.