Con información de Infobae 

Si algo no le conviene al Gobierno de Nicolás Maduro es la participación de los venezolanos en el exterior para las próximas elecciones presidenciales, es así como, desde protestas diarias en Buenos Aires a una huelga de hambre en Madrid, los venezolanos por el mundo denuncian que sus consulados les obstaculizan el registro para votar.

Funcionarios diplomáticos explican a los manifestantes que no han recibido las máquinas para captar huellas u optan por ignorarlos. La escena se repite por consulados en América Latina y Europa, donde electores y activistas denuncian maniobras para impedir el voto en las presidenciales del 28 de julio de unas 5,2 millones de personas, muchas opositoras.

Jesús Delgado, de la ONG Transparencia Electoral que vigila los procesos comiciales en Latinoamérica, considera que estos obstáculos son “sistemáticos y responden a que el Consejo Nacional Electoral no les ha enviado ninguna directriz” a los consulados.

Las autoridades en Venezuela atribuyen a las sanciones internacionales los retrasos y dificultades para enviar las máquinas. La ONU estima que casi ocho millones de venezolanos migraron de su país desde 2014. La mayoría huye de una crisis sin precedentes, con caída de 80% del PIB, hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas y una inmensa crispación política. El rechazo al gobierno de Maduro es amplio en el exterior.