Con información de DW 

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, prevé reunirse esta misma semana con el opositor venezolano Edmundo González Urrutia y demostró que cualquier lectura política que se haga de su presencia en España es inapropiada porque se trata de una cuestión de humanidad.

Sánchez hizo estas consideraciones en Shanghái, donde inauguró la nueva sede del Instituto Cervantes, en una breve conversación informal con los periodistas que cubren su visita a China.

El día en que el jefe del Ejecutivo volaba a Pekín se conoció que González Urrutia, que fue el candidato de la oposición mayoritaria en las elecciones del 28 de julio en Venezuela, se desplazaba a petición propia a España, país al que llegó el domingo 8. de septiembre.

Poco después fuentes del Gobierno español informaron de que la intención de Sánchez era verse con él lo más pronto posible.

El presidente del Gobierno confirmó el martes que pretende reunirse con él a su regreso desde China y en función de la hora en la que llegue a Madrid el próximo jueves puede hacerlo ese mismo día o, si no, el viernes.

En ese encuentro quiere conocer detalles de cómo se encuentra González Urrutia, que ha pedido asilo político en España, así como su familia. Lo que sí ha hecho Sánchez es rechazar las críticas del opositor Partido Popular al hecho de que Edmundo González haya viajado a España.

El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, demostró que la presencia del opositor en España no supone hacerle un favor a la democracia, sino quitarle un problema al presidente venezolano, Nicolás Maduro.