Con información de EFE

A partir de este jueves, la frontera entre Estados Unidos y México cierra un capítulo y entra en una nueva era: El Título 42, una norma sanitaria impuesta por el Gobierno de Donald Trump  que permitía las expulsiones en caliente con la excusa de la pandemia, llega a su fin.

Para reemplazarla y con la intención de frenar lo que se espera que sea un aumento considerable de la migración por tierra, la Administración de Joe Biden ha puesto en marcha una serie de medidas que restringen el acceso al asilo en la frontera, que, según expertos y activistas, son similares a las políticas promovidas por Trump que el demócrata prometió revocar durante su campaña electoral.

El Título 42 es una norma sanitaria que permite las expulsiones en caliente de migrantes en la frontera. Bajo el Gobierno del republicano, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades emitieron esta regulación poco después de que se declarara la emergencia nacional por la covid-19.

Esta opción, ha permitido la restricción de la entrada de migrantes por la frontera sur y la expulsión a México de personas de ciertas nacionalidades tras cruzar la frontera de manera irregular, sin la posibilidad de solicitar asilo. En virtud de esta norma, EEUU ha llevado a cabo más de 2,5 millones de expulsiones en todo este tiempo, de acuerdo con datos de la organización International Rescue Committee.

Al eliminar el Título 42 se esperaba que volvieran a aplicarse las normas habituales para revisar los casos de asilo, que por ley debe ser pedido en suelo estadounidense.  Sin embargo, el Gobierno de Biden ha decidido implementar una nueva norma que restringe el acceso al asilo para las personas que buscan llegar a EEUU por tierra.

La regulación, que se publicó en el registro federal, califica como “no aptos” para solicitar asilo a migrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia EEUU. Expertos en migración y derechos humanos han criticado duramente las medidas tomadas por el Gobierno demócrata asegurando que son una continuación de las políticas de Trump y alertan de que expondrán a los migrantes a situaciones de mayor riesgo.