Con información de EFE 

El presidente estadounidense, Joe Biden, y su antecesor, Donald Trump, se midieron en un cara a cara con capacidad de cambiar el rumbo de las presidenciales. Un debate en el que el republicano se mostró más agresivo y en el que al demócrata le costó hilar mensajes y apareció dubitativo y con problemas de voz.

En un plató de la CNN en Atlanta, sin público, sin el apoyo de notas previas y de los asesores y sin posibilidad de réplica en caso de no tener asignado el turno de palabra, este encuentro expuso sin distracciones las fortalezas y debilidades de ambos candidatos en un debate sin interrupciones.

Los titubeos en el caso de Biden, que llegó con gripe, y las expresiones de burla por parte de Trump cuando su rival divagó y dejó en más de una ocasión frases sin acabar, marcaron el debate.

“Nunca he escuchado tantas tonterías”, dijo el actual inquilino de la Casa Blanca al oír hablar de política exterior, un capítulo en el que Trump se quejó de que la reputación de Estados Unidos bajo el mandato del demócrata haya pasado a ser “horrible”.

Asimismo, el republicano atacó con fuerza la política económica de Biden, pero respondió a las preguntas de Dana Bash y Jake Tapper con muchas evasivas e imprecisiones o desinformación en temas como la economía o la inmigración.

Biden admitió que todavía quedan “cosas por hacer” y defendió su gestión tanto económica como migratoria en comparación con la de su antecesor.

Para Biden, votar por Trump es votar contra la democracia. Para el republicano, en cambio, que Biden siga en el poder acabaría con Estados Unidos: “Si gana, nuestro país no tiene ninguna posibilidad. Probablemente no nos quede ningún país. Así de malo es. Es el peor de la historia. Si me dan otros cuatro años, yo seré el mejor”.

Trump negó cualquier responsabilidad por su parte en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, pero Biden le recordó que no tiene las manos limpias ni en ese caso ni en los otros tres procesos penales que afronta: “Tiene la moral de un gato callejero”.