Con información de Infobae.
El presidente Donald Trump anunció su decisión de participar en un cónclave de última hora con los más altos generales de la nación, convocado la semana pasada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La asistencia del mandatario a la Base del Cuerpo de Marines de Quantico, en Virginia, configura un encuentro extraordinario entre el comandante en jefe y los líderes de las Fuerzas Armadas.
La presencia de Trump no solo relegará a un segundo plano el discurso que tenía previsto ofrecer Hegseth, sino que también introduce nuevas y significativas consideraciones de seguridad para el evento.
En una entrevista con NBC News, el presidente describió la reunión como una charla motivacional. «Es realmente solo una reunión muy agradable hablando de lo bien que nos va militarmente… Es solo un buen mensaje», comentó Trump, enfatizando el «esprit de corps» como el objetivo principal del encuentro.
Un documento de planificación interna, al que tuvo acceso The Washington Post, confirma que la Casa Blanca notificó la asistencia del presidente, lo que «cambiará significativamente la postura de seguridad» del evento programado para el martes por la mañana. Con esta modificación, el Servicio Secreto asumirá el control de la seguridad en Quantico.
La convocatoria original de Hegseth, que ordenaba a cientos de generales y almirantes de alto rango viajar para escuchar un breve discurso sobre estándares militares y «ethos guerrero», había generado sorpresa e inquietud en el Pentágono ante la falta de justificación. Ahora, la intervención directa del presidente podría modificar la agenda y añadir un cariz más político a la cumbre militar.

