Con información de EFE 

En un gesto poco habitual, el expresidente de Estados Unidos y precandidato republicano Donald Trump se reunió con votantes en una iglesia afroamericana del centro de Detroit, en el estado clave de Míchigan, en lugar de los suburbios blancos donde suele hacer campaña.

Es una prueba de que el magnate neoyorquino quiere aprovechar el desgaste de la Administración del demócrata Joe Biden para pescar votos de la comunidad de color, que tradicionalmente le ha dado la espalda por sus polémicas de tintes racistas, como sus años de ataques contra el presidente Barack Obama.

Pero entre el público, que lo ovacionó varias veces y le cantó el cumpleaños feliz por sus 78 primaveras, también había un grupo significativo de seguidores blancos del exmandatario que ayudaron a completar el aforo, un síntoma del mucho trabajo que tiene por delante el republicano para conquistar un grupo que vota mayoritariamente demócrata.

“Biden es el peor presidente que ha habido para los afroamericanos”, exclamó Trump desde el altar de la Iglesia 180 de Detroit, escudado por dos banderas estadounidenses y una gran cruz cristiana.

El republicano reiteró sus habituales ataques contra el presidente a quien acusó de haber hundido la economía y de haber permitido la entrada de migrantes irregulares que, dijo, son criminales y roban el trabajo a los afroamericanos.