Con información de EFE.

En un esfuerzo por frenar la delincuencia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su administración buscará la pena de muerte para cualquier persona que cometa un asesinato en la capital.

El anuncio fue realizado durante una reunión de su gabinete, donde Trump afirmó que esta es una «medida de prevención muy fuerte».

La propuesta forma parte de una estrategia más amplia para combatir lo que el presidente considera una criminalidad desbordada en la ciudad, a pesar de que las cifras de delitos se encuentran en su punto más bajo en 30 años.

El anuncio se produce después de que Trump tomara el control de la seguridad de Washington, invocando una ley que le permite intervenir en la autoridad de la ciudad en caso de «emergencia». En respuesta, se han activado 800 miembros de la Guardia de Washington y seis estados gobernados por republicanos han enviado efectivos adicionales, elevando el número de personal de la Guardia Nacional a 2,000.

Además, la ciudad está siendo patrullada por la Policía Metropolitana y agentes federales del FBI, la DEA y el ICE. Desde que se implementó el plan, se han realizado 1,094 arrestos y se han incautado 115 armas ilegales. Sin embargo, organizaciones civiles han denunciado que las agencias federales están usando esta «guerra contra el crimen» para detener a inmigrantes indocumentados.