Con información de Telemundo 51.
El Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS) ha anunciado una nueva política que retoma una práctica suspendida hace más de 30 años: la realización de entrevistas a vecinos y compañeros de trabajo de los solicitantes de ciudadanía.
Esta medida forma parte del esfuerzo del gobierno del presidente Donald Trump por limitar los beneficios de los inmigrantes y endurecer las políticas de acceso a la ciudadanía.
Según un memorando de USCIS, los oficiales de inmigración tendrán la facultad de realizar entrevistas o solicitar cartas testimoniales para determinar si los solicitantes cumplen con los requisitos para ser ciudadanos, principalmente el de demostrar «buena conducta moral» y respeto a la Constitución.
Esta práctica, que no se utilizaba desde 1991, marca un cambio significativo con respecto a los métodos anteriores, que se basaban principalmente en las verificaciones de antecedentes policiales a través de huellas dactilares enviadas al FBI.
La medida se enmarca en una serie de políticas migratorias que buscan recortar el acceso al asilo, endurecer los requisitos para la residencia permanente y aumentar las operaciones contra la inmigración ilegal.
USCIS ha indicado que los oficiales decidirán caso por caso si contactan a los vecinos y empleadores de los solicitantes, lo que podría generar nuevas barreras en el proceso de naturalización para miles de personas.