Álex Saab, un nombre bastante sonado y que actualmente está en manos de la justicia estadounidense tras ser señalado como el presunto testaferro del dictador Nicolás Maduro e influyente operador de negocios del chavismo.

El miércoles 16 de febrero tuvo una audiencia en la que se conoció que fue contratado en secreto por la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) en el año 2018 para colaborar con la Administración estadounidense y aportó información sobre los sobornos que pagó a cargos del régimen venezolano, según documentos judiciales citados por la agencia Associated Press.

Esa información, revelada dentro del proceso que se lleva en su contra en Miami, indica que el empresario colombiano perdió 10 millones de dólares dentro del marco del acuerdo de cooperación con EEUU, que incluyó varias reuniones con las fuerzas del orden estadounidense en su Colombia natal y en otros lugares.

Sin embargo, Estados Unidos dejó de considerarlo colaborador después de que Saab incumplió en el plazo del 30 de mayo de 2019 que le habían fijado para entregarse y enfrentarse a Florida, según los fiscales.

La información fue revelada tras la acalorada audiencia en los tribunales federales, en la que la defensa de Saab le rogó al juez Robert Scola que mantuviera en secreto esa información porque la seguridad física de la familia de Saab en Venezuela podría ponerse en riesgo si el gobierno de Maduro la conocía.

“Si el gobierno venezolano se entera del alcance de lo que este individuo ha provisto, no tengo ninguna duda de que habrá represalias contra su esposa y sus hijos”, dijo el abogado Neil Schuster. “Creo que creará una situación en la que su familia será encarcelada, dañada o dañada”.

El juez fijó también como fecha preliminar del juicio la semana del 11 de octubre.