En los próximos dos años, los extranjeros tendrán prohibido comprarse una casa en Canadá, así lo anunció el primer ministro Justin Trudeau, la intención es estabilizar los precios del mercado inmobiliario en el país, que lidia con uno de los mayores problemas de acceso a la vivienda en el mundo.
Los precios han subido más del 20%, lo que ha llevado a que el promedio para la venta de una vivienda sean casi US$650.000, más de nueve veces el ingreso medio de las familias, pero los analistas de la industria inmobiliaria según BBC aseguran que no está claro que una prohibición como esta pueda ayudar a solucionar el problema.
Los datos sobre las compras de viviendas por parte de extranjeros en Canadá son limitados, pero todo indica que representan una pequeña fracción del mercado.