La jueza Ketanji Brown Jackson, elegida por el presidente estadounidense, Joe Biden, para ser la primera mujer afroamericana en llegar al Tribunal Supremo de Estados Unidos tuvo la primera audiencia en el Senado destinada a examinar su nombramiento.

Medios de comunicación reseñan que Jackson tuvo cuidado de no revelar ninguna emoción cuando, con las cámaras de televisión fijas en ella, algunos republicanos del comité judicial del Senado cuestionaron su carrera y llegaron incluso a retratarla como una magistrada «suave con el crimen» por su experiencia como abogada de oficio, así lo explica EFE. 

Durante la declaración ante el comité, Jackson defendió que si es confirmada por la Cámara Alta para uno de los nueve puestos vitalicios del Tribunal Supremo actuará de manera «independiente» sin «favoritismos» ni «temor”, siguiendo lo establecido en la Constitución.

«He sido jueza durante casi una década y me tomo muy en serio esa responsabilidad y mi deber de ser independiente. Decido los casos desde una postura neutral. Evalúo los hechos e interpreto y aplico la ley a esos hechos que se presentan ante mí, sin temor y sin favoritismos, de manera coherente con mi juramento judicial», fueron parte de sus declaraciones.