El caos que dejó en Cuba el huracán Ian, del colapso del sistema eléctrico a los problemas en el suministro de agua y las telecomunicaciones, está atizando el descontento latente tras dos años de crisis económica y generando protestas.

El Carabobeño explica que, tres días después del paso de Ian con categoría tres, que arrasó el extremo oeste de la isla y dejó tres muertos y cuantiosos daños materiales, el país apenas ha remontado del apagón total que sufrió el martes, pese a los esfuerzos de autoridades y equipos especializados.

La mayor parte de los 11,1 millones de habitantes no tiene electricidad -a lo sumo algunas horas al día-, la mayoría de tiendas y servicentros (gasolineras) permanecen cerradas, el bombeo de agua corriente está detenido y el internet en teléfonos móviles funciona de forma intermitente.

La estatal Unión Eléctrica (UNE) anunció que consiguió unificar la red, fraccionada tras el evento de “cero generación” energética del martes, pero reconoció dificultades más allá de los tendidos: 7 de las 14 plantas del país están paradas, entre ellas las dos mayores.