Con información de Miami DIario 

La comunidad del espectáculo internacional fue golpeada con profunda tristeza tras la inesperada muerte del actor Matthew Perry, conocido por su icónico papel como Chandler Bing en la serie televisiva “Friends”. Perry, quien luchó públicamente contra sus adicciones durante gran parte de su vida, falleció a causa de una sobredosis de ketamina el 28 de octubre del año pasado. La noticia no solo sacudió a sus colegas y fanáticos, sino que también reabrió el debate sobre el abuso de sustancias controladas en la industria.

En medio de la conmoción por su pérdida, las autoridades decidieron investigar a fondo las circunstancias que rodearon su muerte. Como resultado de esas pesquisas hoy cinco personas, incluyendo al asistente personal de Perry y dos médicos, están detenidos y acusados de estar involucrados con el fatal desenlace.

De acuerdo con lo informado por las autoridades estas personas se inmiscuyeron en la cadena de suministro de ketamina que condujo a la trágica sobredosis del actor. Las acusaciones apuntan a una red de complicidad y negligencia que aprovechó los problemas de adicción de Perry.

El fiscal federal Martín Estrada anunció que cinco personas fueron acusadas en relación con la muerte del actor. Entre los involucrados destacó el asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa. Junto a él figuraron dos médicos que supuestamente proporcionaron al actor cantidades excesivas de ketamina.

En sus declaraciones, Estrada afirmó que los cinco acusados se aprovecharon de los problemas de adicción de Perry para beneficio personal. Agregó que los médicos señalados fueron sorprendidos discutiendo por mensajes de texto sobre cuánto estarían dispuestos a pagarles por la droga. Las autoridades revelaron que Matthew Perry buscó desesperadamente a los dos médicos acusados, una vez que sus doctores habituales se negaron a recetarle la sustancia. Al menos en las cantidades que él deseaba.

El día que murió Perry, su asistente personal le había aplicado varias inyecciones de ketamina. Luego fue él mismo quien lo halló sin vida. La administradora de la DEA, Anne Milgram, reveló que Perry llegó a pagar hasta 2,000 dólares por un frasco de ketamina. Este tenía un costo real de apenas 12 dólares para uno de los médicos.