Por Ariel Montoya

El calendario electoral en Estados Unidos, a un mes de la aplanadora victoria republicana de Donald Trump contra la Demócrata Kamala Harris, no para. Quedan en muchos estados, resabios de la segunda vuelta sobre todo en cargos de concejales, como en la Ciudad de El Doral en el condado de Miami, dónde se disputan un cargo clave, pendular, en el fiel de la balanza, la concejalía empatada entre la puertorriqueña Nicole Reynoso y el venezolano-cubano-americano, Juan Carlos Esquivel este próximo 10 de diciembre de 2024.

Aflora un boom democrático en el mundo entero, en las américas y esta vez en La Florida en una contienda municipal, que es la esencia trasciende de la gimnasia democrática al elegir la ciudadania a sus más cercanas, municipes, autoridades.

Sin restarle méritos a nadie en este balotaje —-por cierto el último que realiza una segunda vuelta después de las enmiendas hechas en las votaciones del pasado 5 de Noviembre—,  y menos a la contendiente boricua, resalta el hecho de que esta ciudad de El Doral, por ser poblada mayoritariamente por migrantes que han huido del salvajismo chavista madurista, la han venido edificando en un ambiente de laboriosidad, emprendimiento y residencia fija. Una especie de Tierra Prometida para los más de 80 mil habitantes, con un padrón de 36, 400 votantes.

El concejo municipal ha estado paralizado en los últimos meses, lo que ha causado infames retrasos administrativos y problemas por resolver, como el transporte y otros. De ahí la expectativa sembrada en muchos sobre quién será el triunfador.   De hecho, y como no todo es color de rosa, cuando parecía que estaba arreglado el problema de la basura autoridades del Condado le han devuelto la pelota, lo que hará que lo maloliente y caótico urbanamente hablando, continúe afeando a la bella y resplandeciente ciudad.

En cuanto a la importancia de que gane Juan Carlos Esquivel, (de contar con el voto masivo también de colombianos, brasileños, nicaragüenses y otros),  un joven y dinámico empresario hijo a su vez de un patriota cubano anticastrista y anticomunista, (qepd), Antonio D. Esquivel, se consolida aún más el poder político en carteras públicas, que los migrantes venezolanos vienen sosteniendo en concejalías, congresos estatales y el sector privado.

Un triunfo de Juan Carlos Esquivel simbolizaría mucho, entre otros aspectos un reconocimiento al legado de su ejemplo como hombre de empresa en pro del desarrollo de su ciudad, generando empleos y fomentando bienestar. Y también un espaldarazo al legado de su padre, un filántropo, defensor de los Derechos Humanos y luchador por la libertad de Cuba y Venezuela. Hombre de esa vieja guardia del exilio cubano en el que ya algunos han fallecido y otros continúan batallando, como Jorge Mass Canosa, Luis Comte Agüero, Carlos González, Tony Calatayud y Don Mario Echeverría, entre otros.

Recientemente escuché al propio candidato, venezolano de pura cepa,  en la radioemisora comunitaria de su propiedad, «Doral Voice», decir que de llegar a la concejalía, trabajaría en consenso con todo el Concejo Municipal, inclinando la balanza bien al lado de la alcaldesa Cristi Fraga o bien al lado del otro bloque de concejales, siempre y cuando se trate de votar en beneficio de la comunidad.

Alguna vez, en el futuro, los habitantes de El Doral, de ser ciertas las declaraciones de grandes empresarios e inversionistas, recordarán bucolicamente a las vacas pastando en el centro de la ciudad, cuando esta sea envuelta en selvas de cemento y modernos rascacielos pinchando los cielos románticos de El Doral, donde florecerán  edificios para oficinas y habitacionales, cuando se afiance el sueño de vivir en La Tierra Prometida, en el brioso y próspero Dubái como destino económico y humano de Estados Unidos.

El autor es escritor y periodista nicaragüense radicado en Miami. Columnista internacional.