Con información de DW.

Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo consolidaron su mando absoluto en Nicaragua que como presidente y «copresidenta» tras una reforma constitucional que tiene como objetivo controlar todos los poderes del Estado y a la sociedad civil.

El mandato de gobierno pasa de cinco a seis años y la ya poderosa Murillo sube de rango, de vicepresidenta a «copresidenta», según la reforma aprobada en noviembre en un primer periodo legislativo y ahora en el segundo necesario para que entre en vigor.

La reforma, aprobada por «unanimidad» por un Congreso dominado por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), establece que los copresidentes coordinarán «a los órganos legislativo, judicial, electoral», antes reconocidos como poderes independientes.

El Congreso aprobó también una moción presentada por el jefe legislativo para que la norma sobre el mandato de gobierno sea retroactiva, con lo cual el actual periodo de Ortega se extenderá hasta 2028 gobernando junto a Murillo.

En este sentido, Nicaragua es definida ahora como un Estado «revolucionario» y «socialista», e incluye entre los símbolos patrios la bandera rojinegra del FSLN, exguerrilla de izquierda que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.

El parlamento «ha sellado un nuevo capítulo en nuestra historia de bendición, de libertad, de dignidad nacional, de orgullo nacional, aprobando de manera unánime la nueva Constitución», dijo Murillo, al destacar que Nicaragua es un «modelo de democracia directa».