Mientras decenas de niños jugaban y la gente hacía un picnic en el Memorial Park en Uvalde, Texas, el jueves por la tarde, los disparos interrumpieron la escena en lo que las autoridades creen que fue violencia relacionada con pandillas.
Dos menores fueron trasladados a hospitales en San Antonio para recibir tratamiento, pero se desconocía su estado, esto según comunicado del Departamento de Policía de Uvalde. Cuatro sospechosos están bajo custodia y están siendo interrogados.
Celeste Ibarra le dijo a CNN que estaba en el parque con su hija, Aubriella, quien tiene trastorno de estrés postraumático y depresión por el tiroteo del 24 de mayo en la escuela primaria Robb de Uvalde, donde cursaba tercer grado el día en que 19 de sus compañeros de la escuela y dos maestros fueron asesinados por un hombre armado.
Los Ibarra estaban disfrutando de su día en el parque con otros miembros de la familia y mientras cargaban su automóvil para irse, estallaron disparos entre los toboganes y las canchas de baloncesto. Los policías estatales respondieron rápidamente al parque y escoltaron a la gente.
El Memorial Park está cerca de la plaza del pueblo de Uvalde, donde se estableció un monumento improvisado para honrar a quienes perdieron la vida en el tiroteo de mayo. Está a unos dos kilómetros y medio de la escuela primaria Rob, que ahora está cerrada.