Con información de EFE.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el gobierno de Donald Trump no tiene dudas de que los migrantes venezolanos enviados y encarcelados en El Salvador son miembros de la banda criminal transnacional Tren de Aragua.

En rueda de prensa, reiteró que la decisión del Gobierno de Donald Trump se basó en «información de inteligencia» de las autoridades fronterizas y de inmigración.

«Puedo asegurar al pueblo estadounidense que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, el ICE y el Departamento de Seguridad Nacional están seguros de las identidades de las personas que iban en esos aviones y de la amenaza que representan para nuestra patria. Se toman esto muy en serio», aseguró la portavoz.

«Los hombres y mujeres sobre el terreno, en el interior de nuestro país, finalmente pueden hacer su trabajo. Sus manos estaban atadas bajo la administración anterior, pero se toman su trabajo muy en serio. El pueblo estadounidense debe confiar en ellos y respetarlos con esta operación», añadió.

En el mismo sentido se expresó el subdirector de política de la Casa Blanca, Stephen Miller, uno de los asesores más cercanos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien negó este lunes que el juez federal que bloqueó temporalmente la ley para acelerar las deportaciones tenga competencias para hacerlo.

«Si un juez de distrito puede intervenir en la conducción de nuestra política exterior, no tenemos, bajo ningún concepto, una democracia en este país», dijo a los medios Miller, el arquitecto de la política migratoria de Trump.

Además, la Casa Blanca negó este lunes que el Gobierno ignorara la orden judicial emitida el sábado para impedir la deportación de ciudadanos venezolanos a El Salvador mediante la invocación de la ley de enemigos extranjeros y aseguró que el decreto del juez federal carece «de fundamento legal».