Por Juan Carlos Esquivel

 Que pena me da ver abrir y cerrar negocios en Doral quienes muchos piensan que es debido a la situación económica que atraviesa los Estados Unidos. 

 Si bien es cierto que las rentas de los locales comerciales están por las nubes, y que los precios de los alimentos, rentas de viviendas, los insumos que a diario usamos y no dejemos atrás los seguros de todo tipo para muchos son inalcanzables.

 No todo el mundo está apto o capacitado para correr un negocio, pero hay muchos factores que existen y hacen pensar que a pesar de que no tienen la experiencia, experimentan y lo hacen arriesgando lo que en su vida empresarial han obtenido financieramente en labores que tienen que ver con su oficio o profesión.

 Pongamos un ejemplo muy común: “El sueño de tener un Restaurante “. Después de todo, se cocinar, soy una persona exitosa y experto en negocios … palabras que escucho muy a menudo.

 Miami está repleto de restaurantes y sitios de todo tipo, lo que quieras comer desde lo más tradicional “Un Hamburgués hasta un exquisito Caviar Almas”.

Para muchos un restaurante de altura debe por lo menos tener un Chef Michelin para justificar los precios que cobran, para otros simplemente un buen sabor, buen precio y ambiente ejemplar es suficiente.

 Pero me quiero enfocar en la ciudad de Doral. Un lugar que tiene restaurantes de todo tipo, aunque la única estrella Michelin que teníamos se nos ha ido a Coral Gables. 

Cuando uno habla de comer en un restaurante que el chef tiene una estrella Michelin, como dijo Jose Luis “Agarrasen de las manos” porque la cuenta puede ser bien turbulenta.

 Quiero ir cerrando el núcleo y hablar de los restaurantes no tradicionales que son atendidos por pequeños empresarios.  No les ha pasado que llega a un restaurante y lo ven poco concurrido.  Aunque el lugar es grande, bien decorado, algunas veces nuevo, esta cerca de donde vives (porque en Doral todo queda cerca).

Cuando llegas, te entregan el menú y te dicen “En la ultima página tiene los Especiales”, no se tú, pero para mí la palabra “Especiales” significa que es lo que el chef recomienda y por ende en horas específicas como el almuerzo tiene un precio más bajo de lo normal o incluye algo que no está en un menú regular.

 Debido a la economía que estamos atravesando, hasta el mas rico comienza a leer el menú por la columna derecha “El Precio” empezando por los aperitivos, se da cuenta que no existe ninguno que baje de $15 dólares.

 Ahí te empiezas a trasladar a los platos fuertes – la carne y aquellos que suelen ser la especialidad de la casa por ejemplo:  Un Tartufo de Salmon a la peti-putua, por decir un nombre que amerite el costo de $54.00 , entonces ahí dices..uhh tengo ganas de comerme un pallar de Pollo y te encuentras que el costo es $ 24.99 y dices ahí está!. 

Pero lo quieres con pasta y el mesonero te dice “Eso viene con Pure o Brocolli” si quiere pasta tiene un cargo adicional de $7 dólares. (10 segundos de silencio y dices tráemelo con Pure), para tomar pides una botella de agua gasificada porque estas a dieta si es que de una te pusieron en la mesa a penas te sentaste y sin saber el precio te juegas la lotería. 

(Ah, se me olvido decir que eres tú solo en la hora de almuerzo el que esta en la mesa.)

 Durante tu experiencia, le haces señas al mesonero múltiples veces. La primera para pedirle hielo porque el agua gasificada esta al tiempo…, la segunda le recuerdas “No se olvide el PAN” que de inmediato te contesta (Si señor está en el horno).

 Mientras esperas revisas el Celular o aceptas una llamada para que la gente no piense nada raro de ti porque estas solo. Llegan con tu plato principal el cual esperas que con el precio que estas pagando, te sepa a gloria.  Bueno la comida no estaba mal, pero recuerdas otros sitios que has visitado anteriormente y dices, “Nada como en …”

 ¡Llego el momento de pedir la cuenta! Y el mesonero te trae un dispositivo estilo iPad pero más gordito y te detallan a voz populi que te comiste. ¡No se tú, pero yo! No puedo leer la cuenta en esos aparatos no solo me marean, sino que no las entiendo.

Quizás soy un poco más anticuado de lo normal y le pido que me la traiga en papel ya que los numero no te cuadran … “Con mucho gusto contesta el muchacho”. 

 Como a los 3 minutos se aparece el mesonero con el papel detallado, pero se queda al lado tuyo con la maquinita en la mano… ¡Tu lees lentamente verificando que lo que te están cobrando fue lo que pediste, pero de repente vez una Ensalada Cesar!  (Esto lo apodan los consumidores inteligentes como “EL PSP” si el POR SI PASA) y cuando lo reclamas te dicen “ohh disculpe” señor mezcle las mesas, ya regreso.

 Vuelve el mesonero con la nueva cuenta y aunque no vez la ensalada Cesar, notas que el agua gasificada de 8 onzas, te la cobraron estilo perfume en $7.00. Sigues detallando vez el Sub-total $ 31.99 , mas el Sales Tax $ 2.24 , para un total de $ 34.23 y notas un cargo que dice Service Charge $ 3.42 mas un cargo de transacción de $1.59 para finalizar la cuenta en $ 39.24  ahí mismo miras al mesonero, quien  te entrega el dispositivo diciendo “Elija una Opción” .

 De izquierda a derecha las opciones comienzan a un 30% ( $11.77)  el  25 %  ($9.81 ) y el 18% ($7.06) – ahí te das cuenta por qué en el restaurante de 20 mesas en plena hora de almuerzo hay solo 5 mesas con clientes.  ¡Ahí incómodamente le dices “Pero ya me estas cobrando un Service Charge” asumo que esa es tu propina!

Por lo que de una te dice, no señor eso es del restaurante y el cargo por la transacción es por pagar con tarjeta de crédito. Ósea – el consumidor tiene que pagar el costo que le cobran al establecimiento por aceptar tarjetas de crédito o cualquier modo de pago electrónico.

 Vamos a decir que el muchacho hizo todo lo que estaba en su alcance para dar el mejor servicio y que verdaderamente se merece una propina. 

¿Porque no le dejan la opción al consumidor de poner lo que considera correcto?  El diccionario de la lengua española la definición de la palabra “Propina” (TIP en inglés) se define como: «Gratificación adicional que se da como muestra de agradecimiento por un servicio.» Por ende, no es obligatorio y mucho menos a los niveles que hoy en día los establecimientos pretenden cobrar.

 Si le hubiese dado el 30% ($11.77) la cuenta me hubiese costado $ 51.01 – Si le doy el 25%  $ 49.05 y si le daba el 18% la cuenta hubiese costado $ 46.30 , no olvidemos que el plato que pediste costaba $ 24.99  ósea que terminas pagando el doble.

 En conclusión ¡Tenga mucho cuidado y revise bien las cuentas de los restaurantes que visite para evitar que le pongan un PSP¡  y verifique aquellos cargos adicionales que le ponen en la cuenta.  Finalmente, por favor no se extrañe cuando pase por algunos que usan esta mala practica los vea cerrados a solo meses de haber abierto. 

 

(Como podre tolerar a tus mercaderes que usan balanzas y pesas adulteradas. Miqueas 6:11)