Rafael Ramírez, exministro de Petróleo de Venezuela y ex aliado del régimen rojo desde la llegada de Chávez, afirma que su país no podrá aumentar de forma sustancial su oferta de crudo para compensar la posible ausencia de barriles rusos a raíz de la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales impuestas a Moscú.

En declaraciones a EFE, el expresidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2002 y 2013, bajo el gobierno del fallecido Hugo Chávez, recuerda que la industria petrolera del país caribeño «se vino abajo» en los últimos años.

“No veo que Venezuela pueda contribuir de forma sustancial a balancear el mercado petrolero”, dice Ramírez.

Considera que la reciente y sorpresiva visita a Caracas de una delegación de EEUU cuyo gobierno no reconoce al actual presidente venezolano, Nicolás Maduro, y al que en 2019 impuso sanciones, se debe más a intereses geopolíticos que petroleros.

«Creo que Estados Unidos no tiene muchas esperanzas de que Caracas vaya a compensar el crudo que Washington ha decidido dejar de comprar a Moscú en represalia por la invasión rusa de Ucrania», señala.

“Lo que interesa es qué movida política hay detrás de esa visita”, añade, y aventura que, dado el fuerte apoyo ruso a Maduro, Estados Unidos estaría intentando rebajar esa influencia.

En su opinión, Washington “busca ahora, ya que Rusia tiene problemas en su frente europeo, socavarle también (a Moscú) los apoyos en la retaguardia”, asegura, en referencia a los aliados del Kremlin más cercanos en la región (Cuba, Nicaragua y Venezuela).