El amor de padres es algo incomparable, y así lo demuestra una familia donde debido a una rara enfermedad genética que le afecta la retina, sus hijos perderían la visión. Cuando los niños fueron diagnosticados, los especialistas sugirieron mostrarles la mayor cantidad de imágenes posible, a través de libros, para que las grabaran para siempre en su memoria: paisajes, animales, obras de arte, pero esta idea no convenció a la madre.

«Me dije a mí misma: ‘No se los mostraré en un libro. Les voy a llevar a ver un elefante y una jirafa de verdad'», cuenta Edith en una entrevista con la BBC. Fue así como esta familia canadiense decidió embarcarse en una «aventura un poco loca» por el mundo durante un año para que los niños atesoraran recuerdos visuales.

Edith explica que la enfermedad degenerativa de sus hijos, llamada retinosis pigmentaria, provoca la muerte lenta de las células de la retina. Con el paso del tiempo, Laurent, Mia y Colin acabarán perdiendo la visión, «de afuera hacia adentro», hasta quedarse ciegos.

Ante este pronóstico tan desalentador, Edith y su pareja, Sébastian, no dudaron en preparar las maletas y emprender con los niños un viaje que, por ahora, ya los ha llevado a visitar seis países de tres continentes. «Sí, queremos llenar su memoria visual, pero también pretendemos que nuestros hijos se vuelvan un poco más fuertes porque, a lo largo de su vida, necesitarán esta resiliencia», asegura la madre.

El objetivo es que los niños regresen a casa con todas las herramientas emocionales necesarias para lidiar con los desafíos que les deparará el futuro. Edith no quiere que sus hijos vean su enfermedad rara «como una maldición, o como algo terrible», sino que entiendan que «ese es su camino en la vida». De momento, este camino ha llevado a los cuatro hermanos a vivir experiencias valiosas en lugares tan remotos como fascinantes.