Cuando científicos de una universidad de Florida decidieron investigar lo que comen las personas y si su consumo podría estar afectándolas detectaron, al analizar muestras de 156 ostras de Biscayne Bay, Marco Island y Tampa Bay, contaminantes que podrían representar riesgos para los seres humanos y la vida silvestre.

Los investigadores del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad Internacional de la Florida hallaron perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) y ésteres de ftalato (PAE), en las muestras, y determinaron que las ostras de Biscayne Bay tenían las concentraciones más altas de contaminantes en comparación con los otros sitios de estudio.

“Quería investigar lo que comemos y si podría estar contaminándonos”, dijo Leila Lemos, autora principal del estudio y becaria posdoctoral distinguida de la FIU. “Estos hallazgos son definitivamente una señal de alerta, especialmente para áreas como la Bahía de Biscayne”, reseña Miami Diario. 

Como filtradores, las ostras pueden revelar mucho sobre la salud general de un ecosistema, incluidos los niveles de contaminación, según los científicos. En el caso de las ostras de Biscayne Bay, Lemos dijo que esto fue algo sorprendente ya que los contaminantes se encontraban entre las ostras más pequeñas analizadas.

Explicó que cuanto más tiempo tiene una ostra para crecer, más tiempo tiene también para acumular sustancias químicas tóxicas. Las ostras de Tampa Bay se encontraban entre las más grandes del estudio, pero no tenían casi la cantidad de componentes que las más pequeñas de Biscayne Bay.

Esto significa que Biscayne Bay podría estar tan contaminada que las ostras son bombardeadas con concentraciones tan altas que acumulan contaminantes más rápidamente. La científica de Florida acotó que es probable que los contaminantes interfieran con el crecimiento de las ostras, lo que hace que su pequeño tamaño sea otra pista.