Con información de EFE.
El Gobierno de Donald Trump prohibió a la Universidad de Harvard matricular en adelante a estudiantes extranjeros, en una grave escalada en el conflicto que enfrenta al mandatario con la institución educativa desde hace varios meses por cuestiones ideológicas y que ha hecho de Harvard la punta de lanza del antitrumpismo en Estados Unidos.
La decisión fue comunicada en una carta remitida a Harvard y firmada por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, que reza: «Les escribo para notificarles que con efecto inmediato, el programa de la Universidad de Harvard de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocado».
«Esto significa que Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y que los estudiantes extranjeros actuales deben transferirse o perderán su estatus legal», anota un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés).
En ese sentido, el DHS indica que la universidad de élite «ha creado un ambiente inseguro en el campus al permitir que agitadores antiestadounidenses y proterroristas acosen y agredan físicamente a personas, incluyendo a muchos estudiantes judíos».
La universidad reconoció el daño que esa medida le puede suponer: «Esta acción de represalia amenaza con dañar gravemente a la comunidad de Harvard y al país, al igual que socava nuestra misión académica e investigadora dijo al The New York Times Jason Newton, director de relaciones con los medios de la institución.
Si embargo, se dijo «comprometido a mantener nuestra capacidad de alojar a estudiantes y académicos internacionales, que proceden de más de 140 países y enriquecen inconmensurablemente la universidad y la nación».
«Es un privilegio, no un derecho, que las universidades matriculen a estudiantes extranjeros y se beneficien de sus mayores pagos de matrícula para aumentar sus multimillonarias dotaciones. Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó», anota Noem.