Con información de EFE
Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la vicepresidenta Kamala Harris y el exmandatario Donald Trump se enfrentaron el martes en Filadelfia en un agitado debate que estuvo lleno de ataques personales y donde el republicano se mostró exasperado en múltiples ocasiones.
El encuentro, organizado por la cadena de televisión ABC News en Filadelfia, podría ser el único cara a cara entre ambos a menos de dos meses de las elecciones del 5 de noviembre, que decidirán si los demócratas consiguen alargar su proyecto político o si el país se enfrentará a un segundo mandato de Trump.
El magnate neoyorquino explotó en diatribas sobre migración, las elecciones de 2020 o el aborto, mientras que Harris se mantuvo en calma, respondió con expresivos gestos faciales a las palabras de su contrincante y consiguió evadir preguntas sobre sus puntos débiles frente a los votantes.
La actitud defensiva del expresidente causó incluso “frustración” en algunos de sus aliados más cercanos, según filtraciones a medios estadounidenses, ya que sus asesores lo habían preparado para no caer en las “trampas” de Harris para sacarlo de compostura.
Uno de los momentos en donde más se evidenció esta salida del guion fue cuando reaccionó a un ataque de Harris, quien aseguró que sus seguidores se van temprano de sus mítines porque los encuentran “aburridos”. Trump estalló en un monólogo donde se hizo eco de una información falsa sobre migrantes haitianos “causando caos” en una ciudad de Ohio y secuestrando mascotas para comérselas: “Se están comiendo los perros, se están comiendo los gatos y las mascotas”, dijo provocando la risa de su rival.
El propio presentador de ABC News, David Muir, salió rápidamente a corregir al expresidente: “Solo quiero aclarar esto. Usted menciona Springfield, Ohio, y ABC News se puso en contacto con el administrador de la ciudad allí. Nos dijo que no ha habido informes creíbles de reclamos específicos de mascotas que hayan sido lastimadas, heridas o maltratadas por individuos dentro de la comunidad inmigrante”, dijo.
Los ataques personales por parte de ambos candidatos marcaron también el tono del debate. Tanto Trump como Harris incurrieron en esta estrategia de debate, acusándose mutuamente de ser un “peligro” para la democracia estadounidense. La vicepresidenta dijo haber hablado con líderes militares que llaman a Trump “una desgracia”, lo señaló de querer convertirse en un “dictador” y se burló de los temas de sus mítines.
Por su parte, el republicano acusó a Harris de ser una “radical” de ideología marxista, de “no tener un plan” para el país y de querer llevar a Estados Unidos a la ruina.