El mundo está consternado tras conocerse la historia de Paola Schietekat, una joven mexicana que llegó a Doha en febrero de 2020 para trabajar para el gobierno qatarí en la organización de la Copa del Mundo Qatar 2022.

Después de un año y medio viviendo ahí, fue víctima de una agresión, por lo que decidió denunciar, pero todo terminó volteado ya que de ser la víctima se convirtió en acusada por haber tenido «sexo extramarital», un delito bajo la ley islámica sharía.

Sobre la joven de 27 años se impuso una condena de 7 años de prisión y 100 latigazos. Como alternativa, le dijeron que podía evitar esa pena si se casaba con su agresor, destaca BBC Mundo. 

«Después de este proceso, caí en cuenta de que, a pesar de mis grados académicos, preparación profesional, independencia financiera y a pesar de trabajar para el gobierno qatarí, soy vulnerable a las violaciones de derechos humanos de instituciones arcaicas y abusivas, e incapaz de encontrar protección en mi consulado», denunció Schietekat en una publicación de Facebook en la que expuso lo ocurrido.

La joven pudo salir de Qatar el año pasado, pero desde entonces afirma que no se ha hecho justicia en su caso y que su agresor está libre. Además advierte que los mexicanos, y también grupos vulnerables como las mujeres y las personas LGBT que visiten ese país por el Mundial a finales de este año, podrían ser víctimas del sistema qatarí.