Al futuro solo llegaremos impulsados por energías limpias, según los vaticinios de algunos empresarios optimistas, y las advertencias de los ambientalistas.

Escrito por: Elda Cantú 

La gran paradoja es que algunas innovaciones positivas para el medioambiente, como los autos eléctricos, dependen de técnicas destructivas y de complicados procesos políticos.

Estas contradicciones pueden observarse en tres lugares: un territorio francés en el Pacífico Sur y dos países sudamericanos que atraviesan una encrucijada política.

En Nueva Caledonia, uno de los lugares más hermosos y biodiversos del planeta, Tesla ha firmado un acuerdo de extracción directa de níquel, un elemento clave para las baterías. Si tiene éxito, el mayor fabricante de autos eléctricos produciría baterías con menor impacto ambiental y, de paso, podría desligarse de China, que ahora es el líder mundial en ese rubro.

En Bolivia, cuyo salar de Uyuni concentra la mayor reserva de litio del planeta, EnergyX, una empresa de Texas, busca aplicar una nueva tecnología para aprovechar los depósitos del país y convertirlo en una potencia energética. Sin embargo, la política local, el nacionalismo y la desconfianza en las inversiones extranjeras obstaculizan el experimento, pues hay quienes consideran que el Estado y los ciudadanos deben participar en la formulación de la estrategia.

En Chile, la voluntad de controlar el impacto de la minería y la importancia del medioambiente apremia a los constituyentes que preparan la nueva carta magna de un país cuya prosperidad depende, en gran medida, de las industrias extractivas. Allá, el Salar de Atacama también contiene una gran cantidad de litio además de bastante radiación solar. Pero el proceso de evaporación para obtener el codiciado mineral también consume muchísima agua necesaria para la vida humana y animal.

Por eso, los constituyentes incluso debaten qué es el agua y, sobre todo, cuánto daño queremos causar para obtener algún beneficio. La pregunta, planteada por una microbióloga que participa en la convención que reescribe la Constitución de Chile, es pertinente para todos los habitantes del planeta.

P.D: Aunque 2022 ya tiene cuatro días de iniciado, tal vez, como tantos de nosotros, sigues definiendo tus propósitos y metas. Tenemos un par de rituales que podrían darte energía para seguir adelante: la tradición de quemar al año viejo o el Takanakuy, un festival andino en el que los participantes se lían a golpes y luego se abrazan para resolver agravios pendientes. ¿Qué te parecen? Cuéntanoslo en los comentarios.