La Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, por su sigla en inglés) advirtió el sábado que, durante la noche, las iguanas verdes no nativas podrían caer de los árboles “aturdidas” debido a una bajada de la temperatura de hasta 30 grados Fahrenheit (entre 1 y 4 grados Celsius), algo inusual en el “estado del sol”.

“Cuando las temperaturas en el sur de Florida se acercan a la congelación, las iguanas verdes no nativas pueden aturdirse y caer de los árboles, entrando en un estado de inactividad física donde su control muscular se apaga temporalmente”, señaló la entidad federal en un comunicado.

Igualmente, FWC advierte en sus redes sociales a la población que no lleve a sus viviendas y automóviles iguanas verdes salvajes, ya que “pueden recuperarse rápidamente con temperaturas cálidas y usar sus largas colas y dientes afilados y garras cuando se defienden”.

Los Angeles Times explica que estos reptiles de especies foráneas quedan paralizados cuando el termómetro marca menos de 40 grados Fahrenheit (4,4 grados Celsius). Los músculos no les responden y se caen de los árboles donde duermen, lo que popularmente se conoce como lluvia de iguanas.