Cooper Roberts, el niño de 8 años que quedó paralítico tras ser baleado en el desfile del 4 de julio en Highland Park, finalmente regresó a casa y se está adaptando a su «nueva normalidad», reseña Telemundo51. 

Su familia aseguró que “poder tener a Cooper en casa y a nuestra familia reunida nuevamente es una bendición increíble, ahora puede volver convivir con su hermano gemelo, Luke, y volver a ser los mejores compañeros de juego”.

Cooper está descubriendo nuevos deportes para practicar y ha decidido jugar tenis en silla de ruedas.

El niño estuvo recluido en una clínica de rehabilitación después de una serie de cirugías luego de que una bala le perforó su médula espinal ocasionándole daños graves a sus órganos internos. A principios de septiembre, la familia de Cooper dijo que estaba experimentando pérdida de memoria y dificultad con sus habilidades motoras.

Ahora que está en casa, uno de los mayores desafíos es poder transformar lo que solía ser un entorno familiar para Cooper, en uno que pueda adaptarse a sus nuevas necesidades.