Con información de La Republica y EFE

La empresa OceanGate Expeditions, propietaria del sumergible Titán, confirmó que no hay sobrevivientes. Como respuesta, la Guardia Costera de Estados Unidos continuará con las investigaciones del resto de parte de la nave. Los escombros encontrados el jueves 22 de junio, son del «marco de aterrizaje y la cubierta trasera».

La Guardia Costera de Estados Unidos además detalló que, el sumergible Titan parece haber sufrido una «implosión catastrófica» cuando viajaba a una expedición al Titanic.

El domingo 18 de junio, Paul-Henri Nargeolet, Stockton Rush, Hamish Harding y Shahzada y Sulaiman Dawood se sumergieron en las profundidades del Atlántico. Una hora y 45 minutos después de haberse enrumbado hacia el óxido del Titanic, se le perdió el rastro.

La búsqueda de la Guardia Costera de Estados Unidos y Canadá, mediante aviones C-130, sonoboyas y barcos fue insuficiente. El apoyo francés con el robot Atalante también fue un intento frustrado.

Para su construcción, la empresa no se rigió a los estándares de seguridad estatales, sino se basó en los propios, según comentó un operador turístico. Antes de confirmar el arribo que costó US$250.000 por persona, los 5 tripulantes firmaron un oficio en el cual exculpaban a la OceanGate de eventuales desastres, al tratarse de una maquinaria «experimental».

Dentro, los implicados no podían pararse sino hasta uno por turno. Tampoco había asientos y apenas existía un baño para el quinteto. La recomendación era dormir para ahorrar oxígeno, 92 horas de promedio, pero el tiempo se terminó. Se desconocen las acciones que decidieron dentro de la cápsula de fibra de carbono y titanio.

El emprendedor Guillermo Söhnlein, cofundador de OceanGate, la empresa que operaba los viajes a los restos del Titanic del sumergible siniestrado, rechazó algunas críticas sobre la seguridad de la compañía al considerar que esas personas no disponen de “toda la información” para poder opinar.