Con información de Telemundo 51.
El condado de Miami-Dade concentra la mayor cifra de adultos mayores que son beneficiarios de cupones de comida en Florida, y la paralización del gobierno federal, que se extiende por 27 días, acrecienta su precariedad. La inquietud principal es que los fondos de asistencia alimentaria están próximos a caducar el primero de noviembre.
En lugares emblemáticos como el popular Parque del Dominó en la Pequeña Habana, los ciudadanos de la tercera edad compartían su zozobra, señalando que lo que está en riesgo no es el juego, sino su próxima ración de alimentos. La población teme perder los subsidios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP).
El Departamento de Niños y Familias (DCF) del estado ha notificado en su sitio web que, si la interrupción de la financiación federal se mantiene durante el mes de noviembre, los servicios de SNAP, o sellos de comida, correspondientes a ese mes no serán girados hasta que se reestablezcan los recursos por parte de Washington.
El residente José Collazo manifestó su preocupación por la posible suspensión de la ayuda de SNAP. «Si esto cesa, desde luego que nos afectará. La mayoría de las personas aquí no pueden subsistir únicamente con la seguridad social ni con las ayudas que se les otorgan», expresó.
Cifras Clave y Peticiones a Nivel Estatal
Estadísticas del Departamento de Agricultura de Florida indican que cerca de tres millones de habitantes se benefician del programa SNAP. Miami-Dade sobresale como la jurisdicción con el número más alto de hogares receptores de cupones de alimentos donde al menos una persona supera los 60 años.
Ante el escenario de contingencia, el congresista federal Maxwell Frost, representante de Orlando, ha dirigido una misiva al gobernador Ron DeSantis, solicitando a la legislatura que se arbitren recursos estatales para financiar temporalmente el programa.
Por otra parte, instituciones de apoyo alimentario que no dependen directamente de los sellos de comida, como los centros de nutrición y esparcimiento de la Pequeña Habana, también podrían resentir las consecuencias indirectas de la crisis, al aumentar la demanda de sus servicios.

